"...Porque una casa sin ti es una embajada,
El pasillo de un tren de madrugada...
Un laberinto sin luz, ni vino tinto.
Un velo de alquitrán en la mirada..."
Joaquín Sabina
Escuche por ahí, que en las experiencias cercanas a la muerte, las personas recuerdan a sus seres queridos, las cosas trascendentes de su vida, los errores que cometieron, los aciertos que tuvieron y lo mucho o lo poco que dejan atrás.
Ahora bien, cuando estuve en tal situación, oh sorpresa!... Aparte de un miedo espeluznante por las vidas desperdiciadas y una sensación de despersonalización (no se me ocurre otra manera de describirlo), no pense en nada, ni nadie más que en vos.
No pense en los errores que cometí y mucho menos en los aciertos, no me acordé de lo que dejaba atrás, no recordé nada en especial, no quise salvarme, ni estar en otro lado, solamente desee profundamente que nada te hiriera, que nada te hiciera daño.
Como te explico lo que sentí ? Las palabras no sirven, son pocas, no bastan.
Como te explico que no pensé en mi vida, sino en tu vida?
Como te explico que sos mi hogar, la manta que me abriga y el motivo por cual me levanto en cada caída?
Como te explico que cuando no te cuidas me siento morir un poco?
Como te explico que cuando me abrazas siento que estoy a salvo, que estoy en casa?
Como te explico que con una mirada indiferente me dañas de manera infinita?
Como te explico tantos planteos, tantos interrogantes que se desvanecen ante tu mirada?
Se que me amas y vos sabes que te amo.
Pero quiero que sepas que a pesar de las diferencias e indiferencias, las peleas, los desencuentros, y los desplantes, mi amor sigue ahí, al alcance de tu mano.
Sos mi norte y mi sur, la brújula que guía mis pasos.
Sos el motivo por el que lucho y sigo adelante.
En fin, sos mi gran AMOR, a pesar de los años.
Pido a Dios, que esto nos baste.