Era un día tormentoso y pesado de fines de octubre. Las calles del pueblo estaban inmersas en ríos de agua por la lluvia que había caído. Las camionetas de los bomberos pasaban por todos lados tratando de rescatar a la gente que se le empezaba a inundar sus casas.
Y así comenzó todo...
Después de nueve meses mis padres tenían la chance de comenzar una nueva vida, si todo salia bien. Y por supuesto todo salió bien. Después de tanta espera, tantas esperanzas, tanto sufrimiento y tantos deseos por cumplir, nací yo. Con una gran familia que esperaba espectante un milagro de la vida y de Dios.
Nací y mi madre al fin, pudo concretar su largo sueño de tener su bebé sana en los brazos.
Me contaron miles de veces la historia de mi nacimiento pero con la indiferencia y la arrogancia de una mente joven, no entendía la implicancia de estas historias. De como mi madre había reposado sin siquiera moverse de la cama por cinco meses, de como mi papá hacía los quehaceres domésticos como una ama de casa, de como Diana, la perra de la familia, cuidaba a mi mamá con la ternura que se le brinda a un cachorro y así tantas y tantas historias.
Ahora entendí. Ahora me di cuenta al fin que lo que trataban de decir era otra cosa. No me estaban contando relatos hilados por el vínculo de los protagonistas.
Me estaban contando que sus vidas forman parte de mi vida. Que sus sueños tan anhelados me incluían y que mi vida era parte de sus sueños. Me estaban contando que solo somos una pequeña parte de la historia, que en definitiva somos solo un eslabón de una gran cadena.
Ahora si... Nona María ya entendí. Me costó pero entendí. Gracias por contarme con tus historias que me querías desde antes de nacer. No porque era yo, sino porque era parte de mis padres, parte de vos, parte de todos.
Este es mi lugar. El lugar que comparto con la gente que amo y necesito.
Aquí, donde sé, que a la vuelta de la esquina me espera una cara conocida. Aquí, donde encuentro recuerdos a cada paso y en cada rincón. Aquí donde están depositados los sueños que formarán partes de otras vidas. Aquí donde esta lo que necesito, mi gente, mi casa, mis plantas, mis perros, mis muertos y miles de bendiciones que todavía no se que tengo.
Acá está mi casa, mi hogar... Este es mi lugar en el mundo.