Lo que se hereda no se roba.

Por mis venas corre sangre real. Pertenezco a una estirpe de gente luchadora.
Chacareros que no se rinden, ni se rindieron jamás, por lo que soñaron para ellos y sus familias.
Desde mis ancestros inmigrantes, que huyeron de guerras propias y ajenas, hasta mis padres que revirtieron la suerte que les tocó, con trabajo y dolor.

Brindo por USTEDES. Porque me enseñaron a ser lo que soy.

Gracias por las buenas, que me hicieron sensible al mundo, a la gente y porque me acunaron y me abrazaron en los momentos difíciles...

Pero por sobre todo, muchas gracias por las malas, que me enfrentaron a mi tozudez y mi egoísmo; me hicieron independiente en mis pensamiento y (gracias a Dios) me hicieron reaccionar en un mundo que invade y anestesia.

Por mis venas corre sangre real, de una estirpe de luchadores y buscadores, y yo soy parte de USTEDES.

ME HAGO CARGO DE MI HERENCIA.

En paz





Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas. .
..Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!


Amado Nervo

Las Causas

Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adán. El ordenado Paraíso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El hexámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas, los fastos, las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el álgebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejércitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de la nube en el desierto.
Cada arabesco del calidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.

Jorge Luis Borges

Botella al mar






El mar es un azar

Vicente Huidobro


Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.
Mario Benedetti

Mi lugar en el mundo...

Era un día tormentoso y pesado de fines de octubre. Las calles del pueblo estaban inmersas en ríos de agua por la lluvia que había caído. Las camionetas de los bomberos pasaban por todos lados tratando de rescatar a la gente que se le empezaba a inundar sus casas.
Y así comenzó todo...
Después de nueve meses mis padres tenían la chance de comenzar una nueva vida, si todo salia bien. Y por supuesto todo salió bien. Después de tanta espera, tantas esperanzas, tanto sufrimiento y tantos deseos por cumplir, nací yo. Con una gran familia que esperaba espectante un milagro de la vida y de Dios.
Nací y mi madre al fin, pudo concretar su largo sueño de tener su bebé sana en los brazos.
Me contaron miles de veces la historia de mi nacimiento pero con la indiferencia y la arrogancia de una mente joven, no entendía la implicancia de estas historias. De como mi madre había reposado sin siquiera moverse de la cama por cinco meses, de como mi papá hacía los quehaceres domésticos como una ama de casa, de como Diana, la perra de la familia, cuidaba a mi mamá con la ternura que se le brinda a un cachorro y así tantas y tantas historias.
Ahora entendí. Ahora me di cuenta al fin que lo que trataban de decir era otra cosa. No me estaban contando relatos hilados por el vínculo de los protagonistas.
Me estaban contando que sus vidas forman parte de mi vida. Que sus sueños tan anhelados me incluían y que mi vida era parte de sus sueños. Me estaban contando que solo somos una pequeña parte de la historia, que en definitiva somos solo un eslabón de una gran cadena.
Ahora si... Nona María ya entendí. Me costó pero entendí. Gracias por contarme con tus historias que me querías desde antes de nacer. No porque era yo, sino porque era parte de mis padres, parte de vos, parte de todos.
Este es mi lugar. El lugar que comparto con la gente que amo y necesito.
Aquí, donde sé, que a la vuelta de la esquina me espera una cara conocida. Aquí, donde encuentro recuerdos a cada paso y en cada rincón. Aquí donde están depositados los sueños que formarán partes de otras vidas. Aquí donde esta lo que necesito, mi gente, mi casa, mis plantas, mis perros, mis muertos y miles de bendiciones que todavía no se que tengo.

Acá está mi casa, mi hogar... Este es mi lugar en el mundo.

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A buen entendedor pocas palabras.