Lo que se hereda no se roba.

Por mis venas corre sangre real. Pertenezco a una estirpe de gente luchadora.
Chacareros que no se rinden, ni se rindieron jamás, por lo que soñaron para ellos y sus familias.
Desde mis ancestros inmigrantes, que huyeron de guerras propias y ajenas, hasta mis padres que revirtieron la suerte que les tocó, con trabajo y dolor.

Brindo por USTEDES. Porque me enseñaron a ser lo que soy.

Gracias por las buenas, que me hicieron sensible al mundo, a la gente y porque me acunaron y me abrazaron en los momentos difíciles...

Pero por sobre todo, muchas gracias por las malas, que me enfrentaron a mi tozudez y mi egoísmo; me hicieron independiente en mis pensamiento y (gracias a Dios) me hicieron reaccionar en un mundo que invade y anestesia.

Por mis venas corre sangre real, de una estirpe de luchadores y buscadores, y yo soy parte de USTEDES.

ME HAGO CARGO DE MI HERENCIA.

2 comentarios:

SIL dijo...

mmm. . . quizás mi fracaso consista en negar mi herencia, en tratar de cambiar el rumbo del viento, en lugar de aprovechar su fuerza para avanzar. Yo no estoy orgullosa de mi sangre, he pasado la vida describiendo sus defectos.
Me he esforzado en corregirlos, en hacer lo contrario, me he jactado de eso. La sangre no se niega. El precio es muy caro. SIL

Anónimo dijo...

Yo he negado por vergüenza o por ignorancia de juventud mi herencia. Y a veces también la he negado tres veces como Pedro.
He ahí mi gran error de antes... Creer que conmigo alcanzaba.
No. Nunca alcanzó y nunca va a alcanzar.
Hace falta un montón de personas para hacer la vida vivible, soportable.
Todos juntos y reconociéndonos como partes indispensables.
Hay cosas que cuando uno las aprende no las olvida más. Espero que esta sea una de ellas.